La criminalización de un derecho. Primera Parte


Valparaíso, 1903

El derecho a pataleo es inherente al ser humano. Expresar nuestra opinión también lo es. Sin embargo no todos cuentan con los mismos canales de comunicación para hacerlo y en muchos casos, los sin voz deben agruparse para que sus demandas, opiniones y propuestas sean escuchadas. En relación a lo anterior y tras darle varias vueltas al asunto se me ocurrió…opinar, respecto de las huelgas, protestas y afines. Los invito a este viaje, que cuenta con 4 estaciones. Esta es la primera. Ah! Esta es una pincelada. Para profundizar, les dejaré al final la bibliografía básica.

Desde mediados del siglo XIX, los artesanos en Chile comenzaron a agruparse en pos de la reivindicación de sus derechos. Las mutuales fueron esa temprana expresión y Fermín Vivaceta una de sus voces. Estas organizaciones eran autónomas y tenían como finalidad la alfabetización de adultos y la rehabilitación del alcoholismo.

Paréntesis, cuando hablamos de los artesanos del siglo XIX no nos referimos ni la chamantera, los chanchitos de greda o las trenzas de macramé. Artesanos era el calificativo para quienes ejercían oficios tales como tipógrafos, sastres, panaderos, zapateros, entre otros. La “Sociedad de Artesanos La Unión de Santiago, fundada en Santiago en 1862 por Vivaceta fue la primera iniciativa de reunión de distintas mutuales de la capital. Cabe mencionar que las mutuales derivaron posteriormente en Mancomunales y Sociedades de Resistencia y que "La Unión" de Santiago sigue funcionando hasta el día de hoy. A los artesanos se fueron plegando trabajadores portuarios, mineros, obreros de las incipientes fábricas y ferroviarios.

Tras la llamada “Guerra del Pacífico” (1879-1883) se intensificó el movimiento y los trabajadores del salitre se sumaron a él. Las demandas, a la luz del presente, eran absolutamente sensatas, sin embargo en el Chile finisecular claramente no cabían ni si quiera en lo lógico. Peticiones como regulación de jornadas laborales, días de descanso y pago en dinero y no en fichas eran algunas de esas demandas. Nuestra elite política, tal como hoy, era una fronda que bien poco tomaba en cuenta a los obreros. El Partido Radical, fundado en 1862, algo recogió de esas demandas, pero no fue sino hasta 1887 cuando uno de sus militantes, Malaquías Concha se separó del partido y junto a Avelino Contardo fundaron el Partido Democrático, planteando propuestas revolucionarias como sufragio universal, laicización del estado y educación pública y gratuita para los obreros. Una anécdota (Esto les va a sonar conocido): El 29 de abril de 1888, a propósito de una protesta realizada en la Alameda contra el alza del pasaje del ferrocarril urbano, Malaquías Concha y sus correligionarios fueron arrestados. Su alegato ante la Corte Suprema consistió en la defensa del derecho de reunión y los fueros de su partido[1]. [ja!]

Los portuarios, entendiendo su rol estratégico en la exportación de salitre, jugaron esa carta para ejercer presión por reformas salariales y laborales. Es por ello que las huelgas portuarias del norte eran tan temidas por los dueños de las salitreras y no estaban equivocados en temer.

1888 fue un año clave. Hubo huelgas de tipógrafos, panaderos, portuarios y mineros, todas realizadas de manera aislada. El gobierno de José Manuel Balmaceda era profundamente criticado por la elite tradicional ( lo acusaban de dar demasiado espacio a los siúticos y medio pelo) al mismo tiempo que el Estado recibía generosas entradas por el concepto de impuestos a las salitreras. Caracterizadas por Zorobabel Rodríguez como “Huelgas comunistas y fenómenos aislados” fueron la antesala de la gran huelga general de 1890.

El 2 de julio de ese año, los lancheros de Iquique iniciaron los movimientos. El Mercurio de Valparaíso (4 de julio) publicó un telegrama que decía:” Graves desórdenes en Iquique. Choque de la tropa y bomberos con el populacho, 38 heridos. La huelga de los lancheros y trabajadores toma proporciones inmensas. Grupos numerosísimos recorren las calles atajando los coches y vehículos impidiendo todo trabajo. El gremio de los lancheros, que también toma parte de la huelga, exige el pago de sus sueldos en plata”[2].

Para el 17 de julio, toda la región del norte grande estaba movilizada. El telégrafo, los vapores, la mejora en los caminos y un grupo de dirigentes letrados ayudaron a la propagación de las ideas e instrucciones. La prensa obrera, la lira popular y álgidas arengas públicas fueron instrumentos efectivos que contribuyeron a la difusión del espíritu del movimiento. Debemos recordar que gran parte de los huelguistas eran analfabetos, por lo que la oralidad era una pieza fundamental para compartir el pensamiento obrero. Se tomaron salitreras, cortaron líneas férreas y sucesivamente se fueron plegando puertos a la paralización: Arica, Antofagasta, por ejemplo hasta que el 21 de julio paró el puerto principal. Los movimientos en Valparaíso fueron liderados por los trabajadores de la Compañía Sudamericana de Vapores, paralizando los trabajadores portuarios en incluso los panaderos. Por cierto, hubo represión, contando 12 muertos y 500 heridos ese día.

La Huelga sin embargo no cesó y llegó hasta la zona de Lota, punto estratégico para el embarque de carbón. Otro paréntesis. No olvidemos que estamos en julio de 1890, a seis meses del estallido de la Guerra Civil de 1891. Sigamos. La represión fue brutal, no sólo por parte de las policías y el ejército sino también en la prensa. Periódicos liberales acusaron a los huelguistas de “vándalos, ladrones y pillos” alentando (y justificando) la represión [bah, esto también me suena conocido]

El fin de esta huelga, la primera huelga nacional en sudamérica, fue el inicio de la articulación de los obreros de manera más organizada. El surgimiento de la figura de Luís Emilio Recabarren, la FOCH, la migración campo-ciudad y el estallido de la Cuestión Social fueron la contraparte de un sistema político parlamentario displicente y absolutamente ajeno a la efervescencia social que se vivió entre 1890 y 1925. Pero de eso, hablaremos en la segunda parte de esta historia. No se la pierdan.


[1] http://www.biografiadechile.cl

[2] http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/vitalel/3lvc/03lvcmovsoc0008.pdf

http://www.rebelion.org/docs/46352.pdf

Bibliografía Básica:

*Sergio Grez Toso, De la "regeneración del pueblo" a la huelga general : génesis y evolución histórica del movimiento popular en Chile (1810-1890)Santiago, Chile Dirección Dibam, 1997

*Salazar Vergara, Gabriel: Labradores, peones y proletariados : formación y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XIX, Santiago,LOM 2000

* Pinto Vallejos, Julio, Trabajos y rebeldías en la pampa salitrera: el ciclo del salitre y la reconfiguración de las identidades populares (1850-1900) Santiago, USACH, 1998.

Comentarios

  1. Si es que no lo has leído aún (lo cual dudo, pues se podría decir que tienes influjo de él), te recomendaría un árticulo corto de Walter Ong "Oralität und iteralität" (se entiende imagino). Espero esté traducido, es muy bueno.

    Eso.

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  2. Muchas gracias ...lo leí hace tieeeeeeempo, buenísimo :)

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